
“Maestro, cuándo es la final?”, le preguntó a Aymore Moreira, seleccionador de Brasil, justo antes de la del Mundial de Chile ‘62. “Hoy”. “Ah, con razón hay tanta gente”. 90 minutos después vencía a Checoslovaquia por 3-1 y se coronaba campeón del mundo por segunda vez. Socarrón y despreocupado, así era Garrincha, ‘a alegría do povo’ –alegría del pueblo-.
Manoel ‘Mané’ Francisco dos Santos es un nombre que no significa nada para los aficionados al fútbol. Fue el apodo que le puso su hermana Rosa, Garrincha –un pájaro tropical torpe pero muy veloz-, el que le hizo ascender a la gloria y le acompañó hasta la miseria de sus días finales.