jueves, 23 de diciembre de 2010

Guardiolafobia


Difama, que algo queda. Ésta parece la máxima actual que se aplica en algún medio de comunicación español. No entiendo la caza de brujas que desde Madrid se está realizando continuamente contra Pep Guardiola. Día sí y día también, un famoso diario deportivo de la capital abre sus páginas dedicadas al conjunto azulgrana con toda clase de ‘lindezas’ hacia el de Santpedor. Ante la genialidad del equipo, el único blanco al que pueden apuntar estos profesionales de la información es Guardiola, un hombre que nunca entra al trapo ante las descalificaciones, y eso que han sido muchas. Su delito es ser el entrenador del mejor equipo de la historia, y eso parece que escuece.

Quizás a este periódico tampoco le guste que Guardiola no conceda entrevistas personales y que se limite a hablar en rueda de prensa, o que nunca tenga malas palabras para sus jugadores. No, señores; a Pep no le gusta hablar de perros y gatos ni hacerle la cruz en público a ninguno de sus pupilos, no es su estilo. Su única salida de tono –si es que se le puede llamar así- en las tres temporadas que lleva al frente del banquillo culé fue decir que, puntualmente, un árbitro había mentido, algo que todos pudimos comprobar que era cierto. Por eso, el citado medio de comunicación pidió poco menos que su cabeza.